Feliz 2018
Es increíble, ya es 6 de marzo de 2018. Todavía me acuerdo del año 2000 cuando se iba a terminar el mundo. Volvió a pasar en el 2012 y seguramente habrá pasado otras miles de veces en el medio. Sin embargo acá estamos, el planeta sigue girando y nosotros seguimos respirando y posteando fotos en Instagram.
El año pasado fue un año particularmente difícil para mí, largo y muy pero muy ocupado. No es un año que particularmente me gustaría recordar en el futuro. En cualquier caso, todo sirve de aprendizaje.
Soy de los que creen que al comenzar cada año debemos sentarnos, quedarnos una semana o al menos unos días, los que sea posible, y pensar en nuestras metas y objetivos, pensar en lo que queremos lograr. No es bueno caminar a ciegas.
No es necesario viajar lejos. De hecho, ni siquiera es necesario viajar. Creo que con algo tan simple como quedarnos en casa, apagar internet y si es posible el celular es más que suficiente para despejar la cabeza y recargar las pilas.
En cuanto a las metas, no hay que ser tímido y hay que permitirse soñar. Después de todo, soñar es una de las pocas cosas que aún son gratis.
No existen metas grandes ni pequeñas. El tamaño depende de la perspectiva y de la importancia que tenga para cada uno. Alguien cuya meta es comprarse una Ferrari está en la misma posición de alguien cuya meta es ahorrar dinero para poder el próximo verano irse 20 días a la playa. Nadie es más grande ni más chico. No hay sueños ni metas más grandes ni más chicas. Todos somos iguales aunque a veces intenten mostrarnos que no es así.
En cuanto a mí, el año pasado estuve enfocado más que nunca en terminar un libro que llevo años intentando finalizar. 15 años para ser exactos. Los próximos días les voy a contar más.
Alguna vez leí que para que un blog pueda llegar a considerarse serio debe tener al menos 200 entradas. Por eso, la meta para este año de este blog es llegar como mínimo a las 100 entradas, y si se puede más mejor aún. Va a ser un largo camino, pero seguramente va a ser muy emocionante también. Supongo que voy a tener que volver a la rutina de escribir, cosa que no es nada fácil, y voy a tener que descongelar mis dedos. Así es mis amigos, escribir un blog no es igual que escribir un libro, pero les prometo que voy a dar todo de mi para que este 2018 sea el año de este blog, de mi para ustedes. En todo caso, gracias a todos ustedes que estuvieron ahí atrás todo este tiempo, y espero, ustedes ya lo saben, que este año sea el mejor de todos y si el mundo sigue girando (estoy seguro que así va a ser), espero que puedan alcanzar todas sus metas.